sábado, 3 de octubre de 2015

¿ES BUENO SER BUENO?

Vivimos pensando que ser buenas personas y ser buenos con los demás es el sentido de la vida para vivir en paz y armonía, pero, ¿realmente es bueno ser bueno? ¿Hay que ser siempre bueno?

Antes de “diseccionar” esa pregunta debemos tener en cuenta una cosa: no para todas las personas “ser bueno” significa lo mismo.
Empecemos desde el significado de la palabra en sí. Según la Real Academia Española ser "bueno" significa “Que tiene bondad en su género”. Lo que nos hace preguntarnos, ¿qué es la bondad? A lo cual la RAE nos sorprende de la forma más grata con una frase de lo más reveladora: “Cualidad de bueno” ¡Ole ese diccionario flamenco! Por lo que vemos, ni los sabios de la RAE nos saben contestar a nuestra pregunta. Entonces tendremos que pensar como simples mundanos que somos, cual es el significado de la palabra “bueno” para nosotros, pero como no se puede generalizar porque cada persona es un mundo y la palabra bueno es muy ambigua, empezaré por mi propia acepción para lo que vendría siendo “ser bueno”. Para mí, alguien “bueno” es alguien honesto, respetuoso, una persona ética, que ayuda a los demás de forma altruista y si comete errores, como cualquier humano, sabe asumirlos, rectificarlos y pedir perdón por ellos. En conclusión, sería levantarse queriendo ser la mejor versión de ti mismo cada día y acostarte con conciencia limpia y pensando en la cantidad de cosas buenas que has hecho ese día. Así que después de esto, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, porque seamos sinceros, ¿cada día eres honesto, respetuoso, altruista y no te cuesta pedir perdón y asumir tus errores? No te lo crees ni tú.

Realmente lo decimos como si fuera muy fácil cumplir con todos esos requisitos y matices que tiene la acepción de “bueno”, pero, ¿qué pasa si no los cumplimos todos? ¿Somos “semi-buenos"? Pero lo que es más importante aún y lo que a mí más me extraña es: ¿Por qué no somos capaces de cumplir todos los requisitos para ser buenos?
Y es que eso nos puede llevar a pensar que no todo es blanco o negro, sino que hay infinidad de tonos de gris entre ambos. No siempre te vas a levantar de buen humor, habrá días en los que quieras estar solo, otros en los que estés enfadado, otros en los que directamente ni te levantes porqué estas enfermo, e infinidad de causas por las cuales tu carácter no va a ser el mismo que el día anterior. La otra parte de la respuesta a mi pregunta se halla en la sociedad en la que vivimos, donde cada uno tenemos nuestra propia interpretación de esta palabra tan ambigua. Cosas con las que convivimos como los prejuicios al opinar sobre una persona que no conocemos,  el simple hecho de situarte en un bando o en otro en cualquier discusión,  la malinterpretación de la mítica frase “De bueno soy tonto”, y un largo etcétera, hacen que la tarea de cumplir todos esos requisitos sea imposible.

Así que finalizo con la conclusión de que mi respuesta para la pregunta “¿Hay que ser bueno?” es que sí, o al menos deberíamos intentarlo. Pero la pregunta que realmente me ha hecho pensar a la hora de entender la anterior es “¿Podemos ser siempre buenos?”. Y mi respuesta a ella es que no, es imposible ser buenos a los ojos de todo el mundo.

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